lunes, 7 de mayo de 2007

Una visita al trotamundos



Nose si alguna vez les llegué a contar algo de este personaje...
Edwin fue el dueño de éste cuarto durante varios años, hasta que tomó la decisión de irse a vivir a Zürich, ciudad catalogada como una de las principales de europa con mejor calidad de vida. 36....capaz que 38, nose, alguna vez le habré preguntado pero no es relevante, lo que sin duda se puede decir es que cada año que vivió viene acompañado por una historia de vida en alguna parte del mundo. Edwin es un tipo sin pelos en la lengua, si te tiene que cantar la justa va a buscar la manera más amable de hacerlo, pero te lo tira sin problemas. Siempre me gustó que desde el primer día que llegué me habló como si mi lengua materna fuera el alemán, sin vueltas, "si entendiste bien y sino metele hasta que llegues".
Me acuerdo mis primeros meses en Stuttgart, cuando él se fue para Suiza para empezar a ir organizando la perolata de la mudanza y me dejó viviendo en su cuarto...entre sus cosas. A medida que pasaban los días iba encontrando recuerdos, fotos, mapas, diapositivas, un montón de cosas de diferentes partes del mundo...desde paños de la india, mapas de distinats partes del mundo pegados en las paredes, yerba argentina y alguna que otra cosa. Entre los cuatro cajones de birra, que actuaban de pilares de la parrilla de la cama, había una caja llena de fotos viejas. A medida que las iba pasando, me daba cuenta de lo diferente que eran nuestras vidas y de cierta forma me sentí sumamente atraído y fascinado por su historia de vida....y bueno, hoy en día ya puedo decir que con Edwin somos uno...le plancho, le hago de comer, le lavo la ropa....un divino, siempre trato de esperarlo despierto, pero el gordi me llega muerto a casa, y yo lo entiendo, fumar porro en el parque y hacer malabares con los vagos todo el día no es fácil....él tiene taaanta voluntad, santo.....
Bueno, volviendo, sin duda es un tipo con mucha historia de vida y que decidió hacer de ella la bitácora de un verdadero trotamundos....por supuesto que jamás lo van a ver arriba de terribles gomas, de trajedia? solo en los velorios y el concepto de "romperse el alma hoy, para tener 'asegurada' la vida del mañana" es algo que está lejos de ser su filosofía de vida. Ta bien...aca en Alemania es más fácil jugar a ser Ernest Hemingway, de alguna forma u otra el estado siempre te termina tirando unos mangos y te arreglas pa vivir, mientras que allá lo más parecido que tenemos es al Galeano y su jauría de bestias callejeras, trotando de barrio en barrio...otra vez, distintas realidades.



Hace ya casi un año que Edwin anda viviendo por Suiza, en un piso compartido con otra gente arriba de un garage de bondis estatales. Si, yo pense lo mismo, no suena muy tentador, hasta que lo fui a visitar el fin de semana pasado con la gente de nuestro piso, por una fiesta que estaba organizando a la que acudieron vagos de todas partes de esa región de europa. El lugar queda a 300 metros de unos rápidos de deshielo con aguas cristalinas (es donde se forma la ola estática de Zürich) y de fondo los alpes nevados. Tienen dos pisos para ellos, arriba están los cuartos, cocina y baño y el del medio es una sala enorme con sillones, almohadones por todos lados y una colección de tamboriles africanos. Allí mismo fue nuestro dormitorio y el de las 40 personas que decidieron pasar aquella noche entre desconocidos amigables.
La jugada arrancó con unos tintos para los amantes de la uva y birrita para los clásicos cerveceros, la parrilla ya estaba armándose y la gente iba cayendo del último chapuzón en los rápidos, antes que se pusiera el sol . La cosa fue tomando color de a poco, la gente empezaba a conocerse y si bien el idioma oficial era el alemán, los distintos dialectos que se podían escuchar, me hacían sentir que no era el único jugando de visitante. Después de una sesión de malabares de fuego, el Edwin anunciño que había llegado una banda de músicos a quienes había conocido el día anterior en un concierto y los invito para que vengan a la fiesta a tocar .....y chupar y comer. Asi que nos mandamos todos para la sala y ahí arrancaron los peludos a tocar con un bajo, una batita (redoblante, bombo y charleston) y una viola. De a poco la gente que andaba desparramada por el piso, se empezo a mover y alguno arrancó con la palmas, hubo un par que se animaron a agarrar los tambores africanos y sacarle un poco de protagonismo al bombo , dándole un poco más de color a lo que se estaba escuchando....y ahí se armó, no era pachanga, nada de trencito, chachachá y maracas...fue más bien un momento en donde toda esa gente sin conocerse mucho se entendió y mientra unos aportaban con lo que sabían, los otros simplemente disfrutábamos viéndolos.



Entre los personajes de la fiesta había un fotógrafo alemán que había vivido muchos años en México y había quedado enamorado de Latinoamérica. Mientras trataba de contarme en español su historia de vida, no paraba de repetir las frases "Señor discúlpeme mi idioma....no encuentra las palabras correctas" y "...nose que hago en Alemania, sabe porqué estoy aca? por la maldita lana...". Después apareció Bonny....una mezcla entre el "pelado Cordera" después de una diarrea atómica y el negro Dalsin (de la estrit faiter,no?)... resultó un tipo muy cómico y con un humor muy parecido al nuestro. Más tarde cayó una piba recontra colgada con la percusión, que había vivido en áfrica un tiempo para aprender un poco más del tema, y la verdad que encaraba....fue la primera que se animó a acoplarse a lo que estaba haciendo la banda...dos bochones de ojos, sacados de otra galaxia.
A medida que iba pasando la noche la gente se iba acomodando donde mejor se sentía. Por un rincón estaban los de las charlas filosóficas donde se debatían los temas de siempre: "quien está adentro del traje de ultratón", "que pasa si los chinos saltan todos al mismo tiempo" y el infaltable dilema "de que carajo se ríe Regueiro en la cancha?". Por otro lado quedaron los colgados con la música, tocando y jugando con lo que había en la vuelta, mientras que en la otra punta estaban los borrachos bailarines, quienes incondicionalmente baliban al ritmo de....lo que fuera. Asi fue transcurriendo el tiempo y de a poco eran cada vez menos los parados y más los que iban cayendo en brazos de Morfeo entre los sillones, en el piso, escaleras, algún colchón que otro y hamacas paraguayas.

Edwin vivió en una camioneta-casa por un tiempo. Una vuelta mientras nos la estaba mostrando por dentro, una piba que estaba con nosotros le preguntó "pero como haces para vivir todos los días aca?" - y el Edwin le responde-"Que mas necesito? Aca tengo mi cama, mi auto, mi cocina y un baño, pero lo más lindo de todo..."- abrió la puerta corrediza de atrás - " es que el living de mi casa puede ser el lugar que yo elija"....estuvo bien.

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